Comenzamos la ruta desde el aparcamiento a pie de carretera junto al refugio de la Collada tomando la carretera que asciende hacia el refugio del Golobar.
Un 4x4 había abierto roderas en la carretera, las
cuales aprovechamos para avanzar sin ponernos las raquetas hasta llegar al
Golobar, a 4km del
aparcamiento.
En aproximadamente 45´
pasábamos junto a las “ruinas”, aunque más bien se trata de una construcción
inacabada, del Golobar. Un proyecto, como tantos otros, que allá por los años
70 se inició como refugio u hotel y posible estación de esquí en las faldas del
Valdecebollas y que se quedó inacabado y
abandonado.
Nos calzamos las raquetas y comenzamos a remontar altura hacia el collado entre la sierra de Hijar a la derecha y el pico Sestil a la
izquierda.
Este corto tramo de 1,3 km nos elevaba hasta los 2040 msnm
con duros repechos.
Un grupo de montañeros, con el que conversamos durante el
ascenso, nos animó a descender con ellos hacia la cara norte, donde se forman
las cascadas de hielo y donde se practica la escalada.
Comenzamos el descenso por la ladera norte
del Valdecebollas.
El corto tramo de bajada nos dejaba en un estrecho pasillo
que entre rocas accedía a una zona sombría y rocosa escondida a media ladera.
Al borde del barranco llegamos a las cascadas
que se descuelgan de las paredes de roca. La temperatura en este punto llegaba a los -10°.
Reiniciamos la
marcha, tocaba deshacer lo andado y remontar el empinado tramo hasta alcanzar de nuevo la ladera del
Valdecebollas.
Comenzamos el ascenso hacia la cumbre del
Valdecebollas. El grupo que nos precedía lo hizo directamente por la cara norte, zigzagueando
levemente por la ladera, así que seguimos su huella remontando los 160 metros de
altura que nos separaban de la cumbre en apenas 500 mt de recorrido.
Por fin alcanzábamos la torre y la cruz cubierta de hielo
en la cima del Valdecebollas.
A 2145 msnm, esta cumbre nos regalaba vistas
espectaculares de “picos”,
Curavacas y Espigüete, y las cumbres de campoo.
Reiniciamos la marcha tomando el cordal hacia el Sestil.
Dejando el Sestil a nuestra derecha, continuamos a media
ladera y descendimos de nuevo al collado por donde comenzamos la ruta. En lugar descender al Golobar remontamos altura hacia Peña Sestil
(2065 msnm.)
Una alambrada recorría el cordal a modo de
línea fronteriza entre las comunidades de Cantabria y Castilla y León con vistas de los valles a ambos lados.
Con dicha línea de postes como referencia, unas veces por el
lado Cántabro, otras por el Palentino, recorrimos los 4km de cresta hasta que comenzamos el descenso final directamente al refugio de
la Collada.
El descenso de poco
más de 1km atravesando un escobero y sorteando las rocas de la ladera de la
sierra de Hijar nos dejó de nuevo en el
aparcamiento.
Para ver el álbum completo pinchar en el enlace:
Track y datos de la ruta:
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