Maraton 10.000 del Soplao 2014.

   Retrocedo un año para colocarme de nuevo en la salida de la trail de los 10.000 del Soplao.
   Mi reto personal de correr los 50km de esta prueba.
Recogida de dorsales en Cabezón de la Sal.

   Más motivado que en forma, el 24 de mayo estaba a las 8:00 de la mañana en Cabezón de la Sal con mi amigo Oscar esperando a que dieran la salida. Este era mi segundo Soplao, el primero fue en bicicleta (pero esa es otra historia…), y ya conocía el ambiente que se vive en esta “fiesta” del deporte. Nervios, ganas de salir, un nudo en el estómago y 50km de incógnitas por delante.
Compañeros de ruta.

   Tras la larga salida de los más de 4.500 bikers de aquel año, nos tocó salir a los corredores de montaña, entre el humo y olor a pólvora de la traca de salida, el jaleo de la gente que anima en cabezón y la típica canción de AC DC que año tras año pone banda sonora al esfuerzo tanto de participantes como de organizadores. Tras un pequeño rodeo por el pueblo de apenas kilómetro y medio encarábamos la larga recta que nos alejaba de todo aquel bullicio los más de 700 corredores. 
   A medida que nos alejábamos se iba calmando el subidón de adrenalina de la salida, aunque en todo momento había gente animando, la estruendosa música pasó a ser un susurro dejando paso al sonido de las zapatillas contra el asfalto y la agitada respiración de los corredores. Teníamos casi 50km de montaña por delante y cada uno comenzaba a coger su propio ritmo.

   Aproximadamente a los 3km de tomar la salida, comenzábamos la primera de las subidas del día, La sierra del escudo, unas duras rampas de hormigón que daban paso a una ancha pista de tierra y que durante 5km ganaban altura hasta alcanzar los 420mt de altura.

   Con unas vistas impresionantes de Ruente y tras crestear por la sierra con algún paso complicado de roca, comenzamos el descenso por el cortafuegos llegando en apenas 2 km a bajar más de 200mt por una zona muy técnica y no poco peligrosa a causa de la pendiente. Salimos a una pista de tierra y posteriormente la carretera nos permitió coger de nuevo ritmo de carrera hasta llegar al pueblo en el km11. Aquí, de nuevo la multitud nos arropaba en el estrecho paso por el puente de Ruente y nos daba ánimos para afrontar la siguiente subida a Ucieda. Hasta este punto Oscar y yo corríamos juntos, charlando de vez en cuando para distraernos, subiendo, decidimos mantener cada uno nuestro ritmo para ir más cómodos, no juntándonos ya hasta meta, y es que en carreras tan largas es difícil que dos personas lleven siempre la misma marcha.
Cortafuegos.

   Habíamos pasado sin parar el primer avituallamiento y nos dirigíamos al segundo situado en la campa de Ucieda, nos quedaban por delante 5km de subida por pista ancha de graba suelta y un descenso de 3km por un sendero estrecho y con alguna zona más técnica.
   La salida a la campa de Ucieda, donde se encuentra el segundo avituallamiento en el km 19 aproximadamente, la recuerdo como una de las zonas más impresionantes de la carrera. Es el punto donde se unen todos los recorridos del Soplao, bici, andar, correr y es por decirlo de alguna manera, un avituallamiento masivo con un ambiente espectacular de gente animando enérgicamente a todo el que pasa por allí y multitud de deportistas buscando algo que llevarse a la boca para proseguir con su aventura.

Recorrido

   Al dejar el avituallamiento comenzaba la subida más larga de la ruta, 7km hasta llegar al alto del monte Ucieda, en pleno parque natural de Saja-Besaya, haciendo cumbre en el kilómetro 25,5. No fue una subida excesivamente dura ni técnica, pero sí muy larga, en este punto había superado ya mi kilometraje máximo y todas las sensaciones eran nuevas.
   Por fin coronaba en Ucieda "de arriba" (680mt) y afrontaba uno de los tramos más bonitos y espectaculares de la carrera, los puentes de Ucieda, o los “puentucos” como los llaman por aquí, un estrecho sendero que serpentea a media ladera de la montaña compartiendo recorrido con multitud de riachuelos pasando bajo rústicos puentes de madera resbaladiza durante 5km.
   Con pocos corredores me cruzaba ya... prácticamente éramos los mismos los que nos adelantábamos los unos a los otros mientras pasaban los kilómetros y comenzaba a sufrir poco a poco el desgaste del “infierno cántabro”.
Recorrido.

   El fuerte mazazo lo dio el Toral, unos 170mt de desnivel salvados en menos de 1km de repecho donde cada uno sube como puede. Aquí las rutas de maratón y de andar unen sus recorridos para compartirlos hasta el final, y es sin duda el tramo más espectacular para poder ver a los corredores-andarines completamente desencajados subiendo la dura rampa, todavía recuerdo las dos paradas para tomar aire y subir agarrándome a las briznas de hierba para llegar arriba, empujado por el jaleo de la gente que allí estaba animando y el sonido de la gaita del hombre sentado a media subida.
   Una vez terminado el repecho, tenía en mente la llegada a cabezón, visionando las calles y recordando la emotiva entrada en el pueblo de años atrás cuando la hice en bicicleta, gran error vender la piel del oso antes de ser cazado… estaba a 840 mt de altura y me quedaba un largo descenso por delante de 8km, partidos por un corto y llevadero repecho de 1km aproximadamente a la mitad.     Prácticamente andando conseguí  salvarlo y poco a poco fui perdiendo altura hasta llegar al pueblo de Mazcuerras.

   Los siguientes 6km hasta Cabezón,  llanos, por carretera y pistas asfaltadas, puedo decir que son de los más largos que he corrido en mi vida, una recta final de 2km interminable con el speaker de fondo animando a los que me precedían y durante la cual, la cabeza no paraba de pensar… te vienen muchas cosas a la mente, pero sobre todo una gran satisfacción por haberte demostrado a ti mismo que eres capaz de muchas cosas.

La familia, siempre en meta.
 

Meta.
Fotos facilitadas por la organización de los 10.000 del Soplao.



Montes de Mijedo, entre la playa y la montaña.

   Hoy tengo en mente hacer algo tranquilo, sin meterme en mucha complicación puesto que voy a ir solo, y a pesar de haber recorrido la zona varias veces en bici y corriendo, hoy me apetece hacerlo caminando y grabando los distintos senderos en el gps para ir haciéndome un plano de la laberíntica red de senderos que recorren los Montes de Mijedo, uniendo los picos de el Brusco, Caseto Cabrero, el Astrón y Miravalles esparcidos entre las localidades de Noja y Argoños.

   Este monte, al igual que el Buciero, se alza a pié de mar, y sin alcanzar una gran cota de altura, ofrece multitud de posibilidades a los senderistas y ciclistas de montaña que buscan unos recorridos algo más “extremos”. Es un monte de esencia caliza, en zonas fuertemente modificadas por la acción erosiva de la lluvia y cubiertas densamente por bosques de encina, avellano y roble en la zona más cercana a Argoños, y principalmente eucaliptales en su extremo más próximo a Noja.

   De tipo circular, doy comienzo a la ruta en Noja, más concretamente en la playa de Helgeras, y aparco a pié de playa aprovechando que en esta época del año todavía no "disfrutamos" de la O.L.A.

Vistas de la playa de Trengandin.

   Paralelo a la playa, camino por una pista ancha de grijo que discurre bajo el macizo montañoso recorriendo el barrio de la Teja, durante aproximadamente 2km.
   Este tramo puede hacerse junto a la playa por un sendero arenoso en algunos casos o por una pista asfaltada que discurre paralelamente, en mi caso opté por la primera opción.
Final del sendero y subida al Brusco.

   Al final del sendero, tras recorrer escasos 100mt de playa comienza la subida al Brusco, un  empinado sendero bien marcado con algunos escalones de rocosos en su comienzo y que rápidamente toma altura dejando a ambos lados unas vistas espectaculares de Noja y sus playas por un lado y Berria, Santoña y el Buciero por el otro.
Vistas de Berria desde el alto del Brusco

   Justo en ese lugar, antes de comenzar a bajar dirección Berria, tomamos un sendero a la derecha que se desdibuja entre la vegetación, en muchos casos cerrado por los escajos, pero la ruta continúa subiendo hacia una zona rocosa en el punto más alto de el Brusco. En esa zona, con precaución ya que se complica el paso, continuamos por el sendero que ya se nota menos "pisado" hasta toparnos con la espesura del bosque. Un paso estrecho entre árboles formando un “túnel” se adentra en el encinar.
Llegando a "El Brusco".

   Esta zona ha sido rehabilitada, ya que este monte estaba bastante olvidado, y la dirección a tomar, en algunos casos, no parece estar muy clara, pero poniendo un poco de atención puede distinguirse el camino más transitado e incluso ver algunas marcas en los árboles.
   De entrada el sendero se pone muy empinado, llegando a ser en ocasiones resbaladizo e incluso teniendo que hacer un poco de “trepada” para salvar algunos pasos, pero es un tramo corto de apenas 1,5km.
Cueto Cabrero.

   En el km 4 de ruta, me desvié del sendero para subir al alto de Cueto Cabrero, que no deja de ser una roca despejada de vegetación de difícil acceso, desde la cual se puede ver el sendero recorrido hasta allí y el Brusco desde una perspectiva más elevada. De nuevo hay que bajar por el mismo sitio y continuar la marcha por el camino marcado. Hay zonas en las que es fácil despistarse del sendero y hay que mantener la atención en el camino para no desviarse, pero en su mayor parte resulta bastante intuitivo.

Senderos en el "Mijedo"
   Llegando al km 5, (aproximadamente a mitad de ruta), accedemos a una zona despejada, una campa con una pequeña cabaña de ganado en la cual confluyen gran parte de los senderos que recorren el monte, en esta ocasión continúo por un sendero que sigue serpenteando a media ladera pasando bajo el Miravalles saliendo hacia la izquierda de este descampado.

Saliendo de la espesura.
   A medida que avanzamos dirección al Mijedo, el sendero se vuelve más cómodo, atravesando pequeñas "hoyas" y frondoso bosque cubierto de helechos.

   Aproximadamente en el km 6 remontaremos de nuevo altura hasta alcanzar el pico Mijedo de apenas 240msnm, recorriendo en su tramo final una pista forestal y llegando al pico en el km 7 de ruta. Desde aquí podemos disfrutar de una panorámica de Noja, Arnuero, e incluso parte de los espectaculares acantilados de Isla.
   El descenso se hace por la pista bien marcada, muy rocosa y rota al principio, pasando a medida que vamos bajando a ser de tierra y hormigonada en su tramo final. Al llegar abajo cruzamos la carretera de acceso a Helgeras, y de aquí un cómodo paseo hasta el lugar donde inicié la ruta por el paseo peatonal del barrio del Molino junto a las Marismas Victoria.
Panorámica de Noja.

   Terminé la ruta con algo menos de 10km recorridos, en cuanto a la dificultad, a pesar de algunos pasos complicados en general es una ruta poco técnica de casi 3h con varias paradas.

Track y datos de la ruta.

IV Monte Brazo Trail.

    Hoy tocaba correr por los montes de los Corrales de Buelna, localidad sita a pie de carretera a Palencia desde Torrelavega.

   Desde bien temprano empezaba a hacer un calor fuera de lo normal y más para Cantabria en esta época del año.



   A las 9:30 se daba el pistoletazo de salida a los 32kmde recorrido (que al final se convirtieron en 34).

   La carrera comenzaba ganando altura, aproximadamente en el km 5 habíamos ascendido ya a Cueto Moroso, de 580mt, por zonas de dificultad técnica bastante alta, vadeo de ríos, resbaladizos cantos rodados  y estrechos senderos.

   Tras una corta bajada que apenas llegamos a notar, alcanzamos el refugio Orza, una zona despejada de árboles, y por lo tanto de sombra, y aquí comenzaba el auténtico infierno.

   El sol nos pegaba de lleno y comenzaba la segunda subida de la jornada, el temido Monte Brazo.

   Se trata de un sendero de piedra suelta que asciende  haciendo "SS" durante 5 km.

   Por fin, cuando parecía que hacíamos cumbre tras largo rato subiendo, nos topamos con un empinado cortafuegos de aproximadamente 1km.

   Tras afrontar el tramo caminando, conseguí coronar la Garmía (740mt), aproximadamente el km 12 de carrera.



   Pude cargar agua en el avituallamiento y me tomé el descenso con tranquilidad, un sendero estrecho por una braña poco técnica, que crucé con un trote suave.

   Apenas había bajado 1km cuando de nuevo se ponía el terreno en contra, otra subida de 3km hasta el alto de la Cuera de 815mt.




   Comenzaba el descenso "largo" del día, casi 5km de bajada partidos aproximadamente a la mitad por un pequeño repecho, pero cuando vas mal, entre subir y bajar no parece haber diferencia alguna.

   Una nueva subida aparecía de frente, otros 2,5 km para llegar al caserío de Senén, poco recuerdo tengo de este tramo, tras alcanzar el alto estaba de nuevo bajando por el sendero para salir a una de pista ancha de grijo en la curva de Tejas. Aquí los ánimos de la gente me empujaron  a continuar con un trote lento y plomizo, aunque la sombra de los arboles daba un respiro.




   Y así, con más pena que gloria comenzábamos la última de las subidas largas de la jornada, otros 4 km acumulando desnivel. Creo que llegados a este punto, la única explicación para seguir sufriendo puede ser ¡Ya que estamos aquí, tiramos hasta el final!. Alcanzábamos ya el km 22 de carrera.

    A  media subida teníamos otro avituallamiento en el que comenzaban a racionar el agua, suerte que al final de la subida teníamos un bebedero de ganado donde poder refrescarnos.

    Afronté la corta bajada a Rivalavara, y crucé el bosque al final del tramo de descenso, por fin se empezaba a escuchar la música de meta.

    Tan solo quedaba la ultima subida, una imponente braña con un sendero marcado entre los escajos donde no corría ni una gota de aire.

   Al coronar, se abrió el paisaje y a mis pies tenía los Corrales, veía el arco de meta, escuchaba al comentarista, pero lo técnico del trazado y mis fuerzas no me permitían correr, así que poco a poco fui bajando de aquel peñón.

  1,5 km de asfalto me separaban del final, un ultimo tramo trotando y  por fin pasaba bajo el túnel  desde el cual dieron la salida y pisaba la alfombra roja de meta animado por la gente que allí esperaba a sus familiares y amigos.




   

Os dejo el perfil y recorrido de la carrera.

Fotos de: Fotopostigo y la organización de la prueba

Track y datos de la ruta:


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IX Enduro de Cerredo

   Este fin de semana se celebraba “La enduro de Cerredo”, una marcha que hace años (9 exactamente), nacía en el pueblo de Cerdigo, pegado a Castro Urdiales (Cantabria), con la intención de desvincularse por decirlo de alguna manera del mtb tradicional de pisteo y kilometrada ofreciendo una opción diferente…

   La prueba, no carrera ya que no es competitiva aunque cada uno es libre de tomárselo como quiera, consta de un recorrido de 20 kilómetros con un desnivel acumulado de 980 metros por terrenos un poco más complicados y simplemente cumples si llegas para disfrutar de la barbacoa y el sorteo que realizan al final de la misma en la plaza del pueblo.

   Al despertarme, el tiempo no animaba demasiado a salir de casa, pero como decía un compañero de rutas, "ir hay que ir siempre, después ya se verá…" así que a las 9 de la mañana estaba aparcando el coche y de camino a la zona de inscripción.

   A las 10:00, tras las explicaciones y consejos de los organizadores se dio la salida desde la plaza de  Cerdigo. A escasos 20 mt de la salida, afrontamos el duro repecho recorriendo el centro del pueblo para, a continuación, bajar por una empinada cuesta de hormigón abandonando del núcleo urbano. Tras 150 mt de asfalto pasando bajo la autopista nos desviamos a la derecha por un sendero de piedras y comenzamos la larga subida “de Saltizones” por las faldas del monte “Cerredo” que da nombre a la marcha.

   La subida, de unos 7,5km, es bastante llevadera. Aproximadamente en el km 2 nos desviaron de la pista principal hacia un pinar a mano izquierda disfrutando de una corta bajada y de nuevo retomar la pista hasta llegar a pie de “cortafuegos”. Una linea recta de unos 150mt de piedra suelta, donde echar pie a tierra es lo habitual, y mas con el día que disfrutábamos.
   Tras cargar con la bici durante este tramo, se suavizaba el terreno durante 1km  muy ciclable, y tras el cual, nos desviaron por un estrecho sendero recorriendo la ladera norte del monte llamado “Capazorros” que en días despejados nos deja disfrutar de unas vistas espectaculares de la costa.


   Continuamos rodando por pista poco técnica pero repleta de charcos, pozas y barrizales, y una corta trialera de unos 200mt de bajada que en su final desembocaba en una pista ancha de grijo para comenzar de nuevo a remontar altura. Entre la fuerte pendiente de la pista y el maltrato que había sufrido la misma durante el invierno, se antojaba difícil el subir montado hasta el avituallamiento en el km 8. Una breve parada de reagrupamiento reponiendo fuerzas y comenzamos el descenso por la plataforma de los alemanes para bajar a la Cubilla en el km 13, un descenso rápido con algún paso complicado pero bastante ciclable.

   Desde aquí, comenzamos nuevamente el ascenso por pista hacia la plataforma y de nuevo al avituallamiento (km 15), donde repetimos parada.

   Solo quedaba afrontar la corta subida atravesando el pinar, envuelto en niebla y un suelo repleto de raíces. Por fin llegamos al cortafuegos del Cerredo, 100mt de repecho muy roto que en seco es duro pero ciclable, pero hoy no se daba esa circunstancia, así que tocó de nuevo portear. Al coronar, bajo la rocosa cumbre del Cerredo, con un giro a la derecha, descendimos por una red de trochas marcadas entre los escajos por la ladera de Capazorros durante 2,5km para salir a una pista más ancha, rápida y de curvas bien peraltadas rematando con un rápido descenso hasta llegar a Cerdigo  tras los 21km de ruta. 

   Gracias a la organización de la marcha por las fotos.
   Aquí os dejo un esquema del recorrido y perfil.

Un saludo.