Puentedey -Cascada de la Mea.

   Nuestro destino hoy... Puentedey.

   Hemos llegado a media mañana y aparcamos en la calle principal y comenzamos a caminar calle abajo hasta el puente dirección Quintanilla Valdebodres.

   Aquí nos encontramos con la vista única del puente natural de Puentedey  sobre el río Nela, donde reposan la Iglesia de San Pelayo y el Palacio de los Porres, ambos rodeados de pequeñas viviendas algunas de ellas convertidas en casa rural.

"Puentedey."

   Por el camino peatonal descendemos a la vera del río.

"Río Nela."

"Río Nela."
 
  Pasamos bajo el arco en forma de cúpula en cuyas paredes se aprecian cavidades y acanaladuras fruto de la erosión de las aguas subterráneas. 

"Puentedey."

"Puentedey."

…No es extraño que la admiración atribuya al dedo físico de Dios la hechura de este paso de agua..."


Fray Valentín de la Cruz en referencia al arco de Puentedey (Fuente Wikipedia.)


   El río Nela discurre tranquilo y poco caudaloso bajo el arco por un lecho de cantos rodados dejando a su vera las orillas arenosas propias de una playa pluvial.

"Río Nela."
 
  Regresamos a la carretera (BU-V-5612) dirección Quintanilla Valdebodres y abandonamos Puentedey paseando junto a una hilera de plátanos de sombra. Caminamos en busca de la cascada de la Mea y preguntamos a un paseante que lleva nuestra dirección. Además de habitante de Puentedey, resulta ser el antiguo alcalde de la localidad y en el trayecto compartimos conversación sobre la historia mas reciente del pueblo.

"Carretera a Quintanilla Valdebodres."

   Habiendo caminado 1,5 kilómetros, nos topamos a la izquierda con la señal de la cascada de la Mea, nos despedimos de nuestro guía y continuamos por el  sendero que se interna en el barranco. El camino se rodea de sotobosque  de escajos y helechos serpenteando entre fresnos, pequeños robles mediterráneos, arces y dispersos ejemplares de espino blanco.

"Sendero a la cascada de la Mea."

   Al frente, nos encontramos con los farallones calizos que cierran este barranco en “U” por el cual remontamos.

"Sendero a la cascada de la Mea."



"Camino improvisado."

   No tardamos en toparnos con el último obstáculo antes de llegar a la cascada de la Mea, por la que hoy desciende apenas un hilo de agua procedente de los canales de la Dulla que se precipita por esta cornisa de roca.

"Cascada de la Mea."

   El terreno erosionado de la montaña nos permite pasar tras la cascada y remontar levemente altura bajo los paredones con amplias vistas del valle, donde anidan buitres y alimoches.

"Paso bajo la cornisa."
"Cascada de la Mea."

"Cascada de la Mea."

   La ruta se basa en deshacer lo andado, aprovechando el camino de vuelta para descolgarnos del sendero hacia el arroyo de la Mea donde se forman humedales de densa vegetación que acompañan a las pequeñas cascadas y pozas de aguas estancadas.

"Arroyo de la Mea."
"Sendero."


"Puentedey."

"Puentedey."
 
  Sin duda alguna no podemos marcharnos de Puentedey sin visitar sus estrechas y empinadas calles hasta alcanzar la iglesia de San Pelayo con buena perspectiva de la localidad y las sierras que la separan de Villarcayo.

"Panorámica de Puentedy."
"Iglesia de San Pelayo. Puentedey."

   Entre las cabañas y pequeños cobertizos restaurados se esconde el pequeño “museo” a los bolos, a escasos metros de la torre - palacio de los Porres, también en obras de restauración, y aunque ambas torres se hallan techadas con cubiertas a 4 aguas, podemos distinguir claramente las almenas en lo alto de la fortificación en muy buen estado de conservación.

"Pequeño museo de los bolos."

   La iglesia de San Pelayo, declarada bien de interés cultural, es un edificio románico de carácter humilde y sobrio con un curioso pórtico de entrada tallado en piedra. En el relieve bien conservado se representa a un caballero armado luchando con lo que se cree una serpiente. Pero el significado parece no ir más allá del reaprovechamiento de la escultura en la construcción de este edificio.

"Pórtico de entrada a la iglesia."
 
  Terminada la visita descendemos por las callejuelas regresando al punto de partida.

"Puentedey."

   Iniciamos el camino de regreso a casa, pero variamos la ruta tomando la estrecha carretera provincial de Quintanilla de Valdebodres (BU-V-5612), por la que cruzamos directamente hacia Viñuela con dirección a la ermita de San Bernabé para visitar el máximo exponente del complejo kárstico de Ojo Guareña.

"Alto de Viñuela."
"Ermita de San Bernabé. Ojo Guareña."

   La ermita de San Bernabé es la "portada" de un monumento formado por la naturaleza en colaboración con el hombre, puerta de acceso a varias cuevas y rutas que discurren por el impresionante complejo kárstico.

Para ver todas las fotos abrir el enlace:


Track y datos de la ruta:


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