Porracolina (Bustablado-Ason)

   Si hay una cumbre con renombre en Cantabria es Porracolina, tal vez no lo sea por su cota de altura ( 1.414 m) que aun así, es una de las cumbres más elevadas del Alto Asón, pero si es característica por su gran tradición montañera, y continua siendo por ello una de las más ascendidas de la zona.

   Porracolina, se encuentra entre las cuencas de los ríos Asón y Miera, y custodiado por el   Picón del Fraile (1.632 m), los collados del Asón con el Colina (1442 m), Pizarras (1.496 m) y otras cumbres cercanas a los 1500 m de altura que nos regalan unas vistas impresionantes desde el pico de esta descomunal mole caliza situada entre las poblaciones  de Asón  y San Roque de Riomiera, quedando estas a más de mil metros por debajo del pico.

La ruta más clásica y típica de todas las que recorren esta montaña es hacerla de forma lineal, saliendo desde Bustablado y terminando en Ason.

   Comenzamos a caminar desde Bustablado, iniciando la ruta desde el barrio de Casanueva  y ya de salida ascendiendo por  el sendero balizado de la ruta Bustablado-Porracolina-Asón (PR-S60) bien indicado en el pueblo con panel explicativo situado en la plaza del mismo.

Carretera.

   Recorrimos la calle que asciende hasta el cementerio, desde el barrio de la iglesia, quedando este a mano izquierda e internándonos en un estrecho sendero que rápidamente  toma  inclinación con continuos escalones de piedra y un firme bastante roto durante unos 750mt, hasta salir a la carretera que sube del propio pueblo, y por la cual continuamos durante otros 500mt sin desviarnos de la misma.



   A mano izquierda, tomamos un desvío que se interna en un pinar mal señalizado, una flecha pintada en la piedra del muro, que a duras penas es visible, pero el sendero está bastante pisado y es bastante intuitivo de seguir una vez se acierta con la entrada. A medida que recorríamos el sendero y tomábamos altura, a nuestras espaldas aparecían las vistas del pueblo de Bustablado y del puerto de Alisas.

   El sendero continua ladera arriba serpenteando hasta el collado del Picón del Aire  y poco a poco nos interna en el bosque de hayas, avellanos y robles, conocido como Tiujo la Llusa, dejando de lado pequeñas cabañas que se intercalan entre las abundantes dolinas características de estas montañas de origen calcáreo.

   El sendero, poco a poco nos guiaba abandonando la espesura del bosque, continuando la ruta por un terreno más abierto y despejado.

Tomando altura.

   Rodeando los pastizales por su margen izquierda, subimos las empinadas laderas de la sierra de la Mazuela hasta que, en la cima, nos topamos con una explanada que se cruza con la carretera proveniente de San Roque de Riomiera, Calseca y Bustablado, de relativa reciente construcción. Llegábamos al paraje del avellanal vigilados por los caballos que pastan a sus anchas por la zona, y donde se sitúa el monumento que homenajea a la vaca pasiega.

Monumento a la vaca pasiega.

   Continuamos por  la pista bordeando el alto de Espinajones y abandonándola a la altura de una cabaña en Hoya Bucebron, tomando una estrecha senda que continua descendiendo a una braña entre escajos por un terreno pisado por el ganado, la ruta puede seguirse a duras penas por las marcas pintadas en las rocas en este punto.

Hoya del Bucebron.

   Comenzamos a ascender por las faldas de la Len de Peñas gordas, por la Garma del Ciervo, pasando entre el Alto de Pipiones (o Peñas Gordas) a la izquierda y el Mortero a la derecha.

Ascendiendo.

   El sendero se volvía más pronunciado a medida que avanzábamos por la canal, ganando altura y desviándonos hacia la ladera derecha de la misma, dando salida a un pastizal, tras un tramo de reviradas curvas, con alguna que otra zona de pequeñas trepadas en el paso del Pozuco. Esta es la zona conocida como la cuesta o el paso de las hormigas.

Paso de las hormigas.

De camino a la cumbre.

   Continuamos a media ladera hasta que las vistas nos mostraron ya la cima del Porracolina, tan solo un tramo de ascenso por la escarpada loma nos separaba de la cumbre.

Vistas.


Cumbre


Foto de grupo.

    Comenzamos el descenso del macizo rocoso por un sendero que parte desde el mismo por la cara sur.

Comenzamos el descenso.

   El descenso por esta vertiente discurre por un trazado espectacular, a mi gusto, más bonito que el tramo de subida.

   Dejando a mano izquierda la amplia loma de Peñas gordas (1341 m) comenzamos el descenso hacia el collado de la Mina por el estrecho sendero que baja en zig-zag por la escarpada loma, vamos dejando atrás la cima de Porracolina, hasta alcanzar las cabañas de Sotombo.

Cabañas de Sotombo.

   Continuamos el descenso por el sendero conocido con el nombre de Cubiconcha, desviándonos del trazado unos metros hasta la cascada, inicio del canal de Pilafria.



   Retrocedimos sobre nuestros pasos para continuar siguiendo las balizas colocadas para la carrera que se celebraba en la zona al día siguiente, fuimos  descendiendo el valle colgado del Helgueron dejando atrás  las cabañas de Chumino por kilómetros y kilómetros de estrecho sendero.

Valle
Sendero

   Llegamos ya por fin al último tramo de camino, que comienza a cubrirse ya con la caída de las hojas recorriendo el barranco de Rolacía, en este tramo cruzamos varias veces el cauce seco del río Carcabón, donde pueden verse las gigantes rocas que forman los saltos de agua y cascadas  cuando las abundantes lluvias y las nieves le dan vida en invierno, depositando sus aguas en el Asón poco más abajo. Ya llegando al final, pasamos el puente del Raposillo, sobre el río Asón, donde a punto estuvimos de poner los pies a remojo, para salir a la carretera y descender los 100 mt que nos separaban del coche.

Cauce del Río Carcabón.

 

Río Asón

Mapa y datos de la ruta.

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