Nuestro segundo año en la Lau Urrats txakurkrosa, en Muskiz.
Y este año, los organizadores de la carrera nos traen
algunas novedades. La primera, y a mi parecer todo un acierto, es la salida
libre en un periodo de tiempo. Esto evita los momentos de estrés en los perros
que siempre se producen en la línea de salida, y la segunda, una variante del
recorrido más… aventurera.
Si bien no puntúa para la liga ETL, podemos disfrutar de una
carrera algo más larga, 13km en lugar de 8 y hacer cumbre en el pico Mello,
unos de los principales de la zona.
Tras algunas dudas a la hora de hacer la inscripción, al
final nos decantamos por la distancia larga.
Con una semana de lluvias y poco tiempo para entrenar allí
estábamos el domingo para pasar el reconocimiento veterinario, comprobación del
equipo y para recoger el dorsal. Apenas tiempo para tomar un café antes de
cambiarme y dirigirme a la zona de salida para calentar más bien poco. Ya
tendremos tiempo para entrar en calor.
Como el año pasado, cruzamos el parque y abandonamos Muskiz
por el barrio la Casería remontando altura junto al arrollo, cruzándolo en
varias ocasiones, hacia las Tobas.
Los caminos forestales afrontan duras rampas entre los
eucaliptales ganando altura, prácticamente de salida, buscando el cruce del
refugio junto al “pico” Posadero (Rebollinar).
Abandonamos la pista en un cruce de caminos atajando por un
sendero hacia un tramo de amplias “eses” y junto a las torretas de alta tensión
remontamos las duras y embarradas rampas que nos acercaban al pico Mello.
Los eucaliptales dejaban paso al pinar, las vistas se van
ampliando alcanzando por fin el vértice geodésico y el “buzón-castillo” que
encumbra la cima a 630 msnm.
Paramos a beber y sin mucha demora comenzamos a perder
altura hacia el pico Llangon.
La primera parte del descenso bastante rápida discurre por
camino forestal, pero a los 2 kilómetros perdiendo altura, toma la misma tónica
que la subida y se interna en estrechos senderos emboscados y de fuerte
pendiente con zonas pedregosas y resbaladizas. Aprovechamos los amplios caminos
para ganar ritmo, aguantando en las zonas más complicadas con los maltrechos
tobillos tras un par de malas pisadas.
Nos aproximamos a peña Corvera y trazando un amplio zig-zag
en la ladera del monte alcanzamos la
Peña de la Muela recobrando el paso junto al arroyo. Ya se escucha la megafonía
de meta y no tardamos en retomar el tramo por el que comenzó la carrera.
Un recorrido duro, pero bonito y divertido, y una organización
impecable que me deja cansado, pero con ganas de volver el año que viene. Solo
queda agradecer a organizadores, guías y fotógrafos su buen hacer y darles ánimos para que otros podamos "disfrutar" de su trabajo.
Track y datos de la ruta:
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