Un municipio de la Cantabria oriental, sito
en la comarca de Asón -Agüera, que linda
al este con el valle de Carranza.
El núcleo urbano se extiende paralelo a la
carretera sobre “las Mieses”, llanura que une las localidades de Helguera y
Villaparte surcadas por el regato de Basón y el río Silencio.
Rasines se extiende mayormente con zonas
residenciales de reciente construcción, quedando las casas más antiguas a pie
de carretera rodeando a la Iglesia de Nuestra Señora de Villasomera. Un núcleo
urbano que pasa desapercibido, aparentemente una localidad de paso de la
antigua N-629.
Aparcando junto a la iglesia comenzamos la
ruta a pie de carretera tomando a la izquierda y perdiendo levemente altura
hasta toparnos con la señal que nos desvía hacia la Cueva del Valle por la
estrecha pista que se interna en “las Mieses”.
"Caminando hacia Las Mieses." |
En el primer cruce de caminos, nos
desviamos a la izquierda, obviando el acceso más directo a la cueva del valle,
y nos alejamos dirección Villaparte sin abandonar la pista.
El recorrido nos lleva entre terrenos de pasto, estabulaciones, viviendas y pequeñas chabolas .
"Llegando a Villaparte." |
"Río Silencio." |
No tardamos en cruzarnos con la carretera
de acceso a Torcollano, no muy lejos de la iglesia parroquial de San Andrés,
donde tomamos a la derecha cruzando el puente sobre el río
Silencio a las puertas de Villaparte.
Comenzamos entre las casas a remontar
altura levemente atravesando el pueblo, y entre las últimas viviendas abandonamos Villaparte tomando el desvío a la derecha que se eleva en pronunciadas rampas por el camino de la cueva del valle. Ganando altura pasamos
junto a una gran estabulación y a continuación se abren las vistas sobre el
valle y con la sierra de la Alcomba de fondo.
Alcanzado el alto y dejando a la izquierda el
único desvío posible comenzamos a perder altura hasta toparnos con el fin de la carretera asfaltada entre dos viviendas.
Desde este punto parte el sendero que continúa perdiendo altura junto al muro de piedra.
El tramo se
alarga entre pastizales y se embosca poco a poco en la ladera del Cubillo
accediendo finalmente al Parque Paleolítico de la Cueva del Valle.
"Sendero." |
"Sendero." |
"Sendero." |
Nos recibe el nacimiento del río Silencio,
cuyo manantial se esconde en una construcción de la que apenas queda la
fachada del edificio construido con la intención de controlar el caudal del agua.
En su interior unas escaleras permiten bajar a la boca de la cueva de la cual brotan las aguas subterráneas.
Junto a la puerta, un panel informativo
explica la creación y “funcionamiento” de estos manantiales.
Retomamos el camino empedrado que discurre bajo
el bosque entre arroyos, y cortado por
uno de estos nos permite el paso de “piedra en piedra” alcanzando la otra orilla accediendo así a la boca de
entrada de la cueva del valle.
Rasines y concretamente esta cueva, también
conocida como la Viejarrona, fue escogida
como asentamiento desde la prehistoria como demuestran los restos encontrados, útiles
de caza, pesca y ornamentales.
La visita no pasa de la boca de entrada. Para adentrarse en sus más de 60 kilómetros explorados hacen falta el equipo y
la experiencia adecuados, pero merece la
pena asomarse a una de sus galerías y contemplar desde dentro esta cúpula natural.
Nos
alejamos de la cueva y cruzamos la pasarela
junto al panel informativo.
En la otra orilla descansa el Mamut de la cueva del Valle. Una maqueta a escala
real que reposa en el “arboretum pelolítico” formado por robles, fresnos y castaños,
sauces, nogales, avellanos y encinas que cubre el parque.
En breve aparece en el camino otro panel
informativo con otra temática diferente, la minería, que en esta
zona se remonta a la época de los romanos junto a la boca de la “Mina
Constante”.
La zona da para otra ruta
visitando hornos, canteras y minas, otra disculpa para regresar.
Nos
adentramos en la boca de este yacimiento de “Calamina” que exportaba
mineral a través del puerto de Limpias a las fundiciones de Inglaterra, Bélgica
y Alemania, hoy por desgracia utilizado por algunos desaprensivos como “baño público”
incapaces de depositar su basura en el
contenedor a tan solo unos metros del lugar.
Nuestro paso por el parque toca a su fin,
parando a descansar en la zona de barbacoas equipada con mesas y bancos muy próxima a Helguera.
"Zona de barbacoas." |
Para terminar el paseo, trazamos una línea recta
por las pistas parcelarias que recorren las Mieses y regresamos a la iglesia de
Nuestra Señora de Villasomera donde habíamos dejado el coche.
Para ver todas las fotos abrir el enlace:
Track y datos de la ruta:
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